¿Realmente estaba decidido Miguel a poner fin a su existencia?
El Presunto, dejó escrita una carta,que ahora analiza el Juez.
El Presunto, dejó escrita una carta,que ahora analiza el Juez.
Un 'preso-sombra' evitó que el presunto asesino de la joven sevillana acabara con su vida colgándose con el cordón de un pantalón de chándal
28.03.09 -Actualizado.03:02

Uno de los pasillos del centro penitenciario donde permanece encarcelado
Miguel Carcaño. /EFE
Miguel Carcaño. /EFE
Miguel Carcaño intentó acabar con su vida sobre las ocho de la tarde del jueves. El presunto asesino de Marta del Castillo anunció a su compañero de celda, un recluso asignado por el responsable del Protocolo de Prevención de Suicidios de la cárcel Sevilla-I, que iba al baño antes de cenar. Ante la tardanza del joven, su 'preso-sombra' acudió a los servicios, donde comprobó que Miguel, de veinte años de edad, intentaba suicidarse colgándose del cuello con el cordón de su propio chandal.
El interno dio la voz de alarma y entre otros presos y el personal de la cárcel evitaron que consumara su intentona. Miguel fue atendido en el propio hospital de la cárcel y no fue trasladado a ningún centro externo, lo que denota, según fuentes de la propia cárcel, que las heridas que sufrió fueron leves. De hecho, el galeno no lo dejó ni en la enfermería, sino que lo devolvió a su celda después de adminístrale unos calmantes.
Registro
Los funcionarios de Prisiones, tal y como fija el reglamento en estos casos, procedieron a registrar la celda de Miguel donde encontraron una carta. La misiva fue requisada por el director de esta prisión, situada en término municipal de Morón de la Frontera, hasta que en la mañana de ayer fue reclamada por el Juzgado de Instrucción Número 4 de Sevilla, que es el que instruye las diligencias sobre la desaparición y muerte de Marta del Castillo. El manuscrito del principal sospechoso del asesinato de Marta ya se considera una prueba más de un caso que mantiene en vilo a toda España. Nada ha trascendido, de momento, sobre su contenido.
¿Realmente estaba decidido Miguel a poner fin a su existencia? Fuentes de la prisión han declarado que el joven dejó abierta la puerta del baño a una hora muy concurrida, ya que los reclusos suelen pasar por el aseo antes de ir a cenar. También llama la atención la fragilidad del cordón del chandal. La existencia de la mencionada misiva, sin embargo, puede ser una prueba de que Miguel quería ir más allá de llamar la atención. La abogada de Miguel, la penalista Paloma Pérez, acudió ayer tarde a la prisión -la segunda vez esta semana- para interesarse por lo sucedido y para entrevistarse con su defendido.
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